martes, 2 de abril de 2013

Corazonadas.

El aprendizaje de nuestras vivencias es lo que, ante un problema presente, nos conducirá a tomar el camino más adecuado a las circunstancias. 

Alberto Dallal.

 

Los caminos que conducen al conocimiento son, en definitiva, múltiples: los maestros los transmiten de manera directa a sus alumnos (en variadísimos niveles y de las maneras más novedosas o más tradicionales y por tanto antiguas del mundo).
Por su parte, el trabajo y la experiencia nos van "llenando la cabeza" de conocimiemtos que nuestra mente, siempre apta y atenta, sabe como ordenar, registrar, aplicar e incluso transmitir de nueva cuenta.

De igual forma, cuando observamos o "contemplamos" los fenomenos externos, los que ocurren ante nuestra propia vista, vamos ordenando pensamientos que, si nos lo proponemos, se convierten en conocimientos en torno a los sucesos de los que somos testigos ( e incluso a los que vivímos y de los cuales somo partícipes).   

Estamos siempre enmedio de una realidad compleja y con frecuencia no tenemos más remedio que interpretarla operativamente. Entonces hacemos uso de lo que en términos generales se denomina la intuición.

Si: hay que saber hacer caso a nuestras corazonadas, sobre todo en aquellos momentos en que ocurren, cuando se generan situaciones en las que no hay tiempo para análisis sesudos ni operativos.

Experiencias y conocimientos anteriormente adquiridos, vividos, nos conducirán por los caminos más correctos y las soluciones más efectivas. Esas "aventuras" de la intuicion nos entregan certezas que posteriormente tenemos oportunidad de asimilar a nuestro bagaje de conocimientos.

Y nos quedamos gratamente sorprendidos ante una inesperada sabiduría, lo cual no significa que echemos por la borda nuestra capacidad de aplicar siempre nuevas metodologías de análisis, de investigación, racionalmente incorporadas a nuestro ser interior y a nuestra mente analítica.   

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