Las mariposas monarca llegan a México cada año a finales de octubre y pasan el invierno en las copas de los árboles, en las montañas de la reserva. Su arribo coincide con el día de los muertos, uno de los días festivos más importantes en México. Durante la celebración anual a los difuntos, se cree que los familiares fallecidos regresan a casa, donde se les honra con banquetes, celebraciones y elaboradas ofrendas. De acuerdo con la leyenda, las mariposas monarca que llegan a México en estas fechas son en realidad las almas de los fallecidos que regresan a este mundo.
La Reserva de la Biósfera Mariposa Monarca está seccionada en varias áreas, algunas de ellas abiertas al público de noviembre a marzo. Los puntos de acceso más comunes para los visitantes en la reserva incluyen son los santuarios El Rosarito, Sierra Chincua, Cerro Pellón y Piedra Herrada.
El Rosario, en Michoacán, es el área más grande, conocida y visitada en la reserva, y recibe a miles de visitantes todos los días. El punto de observación de la mariposa monarca en el Rosario se encuentra a una altitud de 3 mil metros sobre el nivel mar, y se llega por medio de una empinada caminata por la ladera. En el Rosario, las mariposas viven en las ramas de los más de mil 500 robles que llegan a medir hasta 30 metros. Los visitantes de El Rosario frecuentemente se alojan en los poblados cercanos de Angangueo y Ocampo en el estado de Michoacán.
Sierra Chincua es otra de las áreas concurridas de la reserva; aunque recibe a menos visitantes que El Rosario, implica una caminata menos agotadora que cualquiera de los santuarios. Se encuentra sólo unos kilómetros al noreste de Angangueo, Michoacán.

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